En la cresta de la sensación
de un dolor insufrible
parece que se vive dos veces
previo al descanso con que premia la muerte
parece que la vida, desafiando su propia magnitud, se dilata
golpes de gracia y estocadas finales
a veces proféticas
y otras veces sarcásticas
profundidades en las que nos hundimos
cornisas en las que resbalamos
flujo inagotable de los sueños
que por la conmoción, no se recuerda
y entonces volvemos
y la vida nos parece un regalo
que al instante, se diluye
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