Odio el agua fría o cualquier cosa que me la recuerde. Es por eso que detesto las ranas o cualquier cosa que se le parezca. Una vez me enfurecí tanto con ellas que cometí el error de pedirles que se callen; eso sí, enérgicamente. Me sentía mal y luchaba por pensar positivo. La noche estaba helada y las ranas seguían jodiendo la vida como si toda la tarde de aguas no hubiese sido bastante. El anfibio teme al humano. La prueba es que me obedecieron al unísono, dejándome de golpe cien veces más solo. Asombrado como estaba, me puse a reflexionar sobre mi naturaleza especial y tras mucho meditarlo, concluí que podría ser divertido mientras no me descubran. De un momento a otro y sin darme cuenta, ya me encontraba pensando en lo de siempre; cosas que el clima no resuelve. Decepcionado, invité a los anfibios a continuar, pero hasta ahora no llueve.
9 comentarios:
triplesentido, no!, TRIPLESENTIDO (con mayúsculas). Bravo, bravo, BRAVO?, bravísimo!!!
de cuando vivías abajo, diga?
siii. el hoy no es hoy y el mañana bien puede ser parte del pasado. la idea es que el desfase temporal lo vuelva aún más incategorizable ;)
uh, encantada. viste que pasar a otro tema está buenísimo. y mirá, si el silencio anfibio te ha dejado más sólo que nunca, levanta el teléfono y le hacemos a un fernet.
jeje, de una!
yA!!!! pOnTe OtritA!!!!!
ayer estaba inspirado... valga el retraso por lo extensivo... y la espera por el buen humor ;)
ya te encontrarás pensando en lo de siempre; cosas que el clima no resuelve, o resuelve?, ya pues, llueva, llueva!
:)
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